sábado, 29 de marzo de 2014

Transporte Colina/Santiago en los 90's

Ayer tuve examen a primera hora, como de costumbre me levanté alrededor de las 5 para repasar y alcanzar a tomar desayuno, Colina es una comuna dormitorio dicen, yo creo que mas bien es una comuna motel, tienes que pagar para dormir en ella, salí a eso de las 6:30 a tomar el bus. 

Hay que dejar pasar los que no llevan escolares. Es raro porque los chóferes no te dan boleto y se quedan con el pasaje, si les pagan el 5% de un pasaje adulto, ganan mas con nosotros y aún así te putean por pagar escolar.

Son las 7 y después de dejar pasar dos buses "adultos", uno por "Liray", tres llenos hasta las masas y de caminar hasta "Lo Seco", logré subirme a la pisadera de otro, rogando que el chófer no cierre la puerta para no perder mi mochila o mi espalda.

El asunto es que no soy el único colgado y el chófer no se mueve si no se cierra la puerta, justo hoy me toca uno con consciencia. Para nuestra suerte, la mía sobre todo, después de 10 minutos y variadas deliberaciones entre el chófer y las señoras de la pisadera y del pasillo, incluidos sobrenombres, apelativos, injurias y chuchadas varias se logra cerrar la bendita puerta, ahora mi mochila, mi espalda, yo y la guata de la señora de arriba son uno solo, pero no importa voy de camino a dar mi examen, lástima que me tocó la vieja guatona y no la mina rica de mas arriba.

A las 7:30 finalmente logramos salir del pueblo, a esta altura he logrado subir un peldaño de la pisadera, gracias a que la señora se sentó en el motor, pronto tendremos trasero asado a la plancha. El resto del viaje consiste en reiteradas detenciones para que se bajen los múltiples pasajeros que trabajan en panamericana. Si yo estudiara en panamericana llegaría siempre temprano.
Gracias a san "niki lauda" el viaje toma solo 30 minutos y a las 8 estoy en mapocho, es el momento para seguir rezando porque hay una nueva micro que tomar, la 325.

La 325 es un caso especial, por lo menos para mi, en la esquina de Mapocho siempre para, o bueno casi siempre, si me subo por atrás ni pago y si subo por adelante el chófer no me putea y me da boleto, es que la cultura del chófer santiaguino es diferente.

Después de un viaje turístico por el centro y por Ñuñoa finalmente llego a mi querida U, son las 08:45 y me quedan 45 minutos para dar el examen, es Cálculo III. En la sala hay un silencio absoluto,  roto solamente por la llegada del colinano viajero, tomo las preguntas, escribo mi nombre, ataco el primer ejercicio, el segundo, el tercero, vuelvo al primero, al tercero ... y ya es tiempo de terminar.

Nunca sabré que habría hecho de haber llegado a las 8 o a las 7, se comparten muchos secretos antes de las pruebas, a veces te sirven, a veces solo te revientan las úlceras ...

La próxima vez que tenga examen, mejor pago adulto o me quedo a dormir en la U ... 

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